La UE consume sólo un poco más de pellets de madera de los que produce: en 2023 produjo 20,7 millones de toneladas y consumió 21,9 millones de toneladas Aunque Rusia era un importante exportador de pellets de madera a Europa, tras las sanciones impuestas en 2022, las importaciones rusas se detuvieron y los consumidores europeos de pellets de madera encontraron fuentes alternativas de suministro, ya sea a través del aumento de la producción local o de importaciones, principalmente de Estados Unidos (EE. UU.) y Brasil.  

 

Bioenergy Europe publicó su informe estadístico 2024 y el informe de políticas que lo acompaña donde analiza el desarrollo del mercado mundial de pellets durante el año pasado. Se concluye que los mayores precios de los insumos, la caída de la demanda industrial y un invierno récord son desafíos que enfrenta la industria europea de pellets.

 

Después de dos años notables, marcados por un consumo y una producción récord, así como por unas ventas récord de electrodomésticos a base de pellets, en 2023 la industria mundial de los pellets se ha enfrentado a importantes desafíos. La producción y el consumo se estancaron en todo el mundo, rompiendo una tendencia de crecimiento ininterrumpido que duraba dos décadas.

El año 2023 marcó el primer caso en el que el mercado mundial de pellets experimentó una ligera contracción luego de más de diez años de crecimiento continuo. Estas no son buenas noticias para el sector, afirmó Pablo Rodero, presidente del Consejo Europeo del Pellet (EPC), y añadió que el informe "ayuda a los actores del mercado a comprender las causas subyacentes, permitiéndoles adaptarse".

 

 

Europa sigue siendo el mayor productor y consumidor

 

A pesar de las ligeras contracciones del mercado, la Unión Europea (UE) sigue siendo el mayor productor y consumidor de pellets del mundo. Produce el 44 % de los pellets del mundo y consume el 50 %.

 

El informe concluye que los desafíos que enfrenta la industria europea de pellets son tres: precios más altos de los insumos, caída de la demanda industrial y un invierno récord.

 

La electricidad, un coste clave para la producción de pellets, sigue siendo más cara tras la crisis energética que ha provocado unos precios elevados.

 

Los precios más altos de los pellets y un mercado energético volátil han provocado que los productores de energía reduzcan significativamente su producción.

 

Por último, las temperaturas récord registradas durante el invierno redujeron la necesidad de calefacción, disminuyendo la demanda de pellets.

 

 

Crecimiento de la calefacción residencial y comercial

 

A pesar de los desafíos, el uso de pellets para calefacción en el mercado residencial se mantuvo fuerte. En 2023, la proporción del consumo residencial y comercial de pellets alcanzó el 59 %, la más alta en una década.

 

La calefacción con pellets es una buena opción para los hogares, especialmente en zonas rurales ricas en biomasa y con menores conexiones al sistema energético. La calefacción por biomasa reduce la demanda de electricidad relacionada con el calor en la época del año en la que la producción de electricidad renovable suele ser menor y menos eficiente.

 

Al reducir la carga de la red eléctrica, la bioenergía puede complementar la electrificación, reducir las necesidades de electricidad, aumentar la eficiencia energética y salvaguardar el futuro energético de la UE.

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